Así como Alan García ha sido la bestia negra de Lourdes Flores Nano y la derroto en cuanto elección se enfrentaran, Jaime Bayli se ha convertido en el terror que los políticos peruanos no desean enfrentar. Un candidato auto nominado, que no tendría candidatos al Congreso de la República, quien no le debe nada a nadie, y tiene dos horas semanales en televisión nacional en un exitoso programa cómico político farandulero. Candidato irreal que puede hablar seriamente de forma creíble y al mismo tiempo burlarse socarronamente de sus contendientes u opositores, es todo aquello que siempre ha temido la retahíla de políticos desprestigiados y mediocres que abunda en el medio político peruano.
Ya se han alzado voces que debe renunciar a su programa televisivo “para que tenga oportunidad de tener acceso a los demás canales de televisión”. Realmente lo que desean es desinflarle la llanta a este vehículo a toda velocidad que ha escalado de un 3% a 8% de intención de voto en una semana.
Que haya ocurrido este fenómeno entre nosotros significa un avanzado grado de descomposición de la política peruana. El “por joder” esgrimido por Bayli como razón para postular como candidato presidencial ha calado hondo en varios sectores que se ven marginados de la toma de decisiones políticas y de los beneficios del tan cacareado crecimiento económico y disminución de la pobreza. Desde aquel tiempo en que Alberto Fujimori Fujimori, el hombre del apellido duplicado, un “don nadie” en política le ganara las elecciones presidenciales -también “por joder”- al “famoso” escritor peruano Mario Vargas Llosa abanderado de la derecha de visera, polo y serpentina, no se había producido un fenómeno tan distintivo del rechazo de la población hacia la “clase política tradicional”. Esto es el resultado de los varios escándalos de los congresistas, de las corruptelas gubernamentales, de los petroaudios, de la improvisación, de la falta de planificación, de las mentiras de todos los días.
Es altamente probable que Bayli no gane la elección pero será un divertimento ver a los políticos tratar de hacer lo de siempre al mentir mientras un Bayli desenfadado los descubre. También será una lección para los políticos este desenmascaramiento público.
¿Cómo revertir el deterioro? Con mayor democracia partidaria, con menos partidos políticos, con vallas más altas para constituir un partido y presentar candidatos. Barreras de ingreso altas al sector político partidario formal y menores barreras de ingreso para ingresar y salir de los partidos ya creados. Y si, Alan García tiene razón al impulsar la renovación del parlamento. Si quieren eliminar lo que representa el “Factor Bayli” en la política peruana tienen que ponerse a realizar la tarea de pensar y tomar decisiones en beneficio del futuro del país.
Aliensombra
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