Manuel Pardo y Lavalle nació en Lima en 1834 y murió en 1878, 44 años después. Diplomático y Ministro de los presidentes Felipe Santiago Salaverry, Manuel Ignacio de Vivanco y Ramón Castilla. Hijo del poeta y político conservador y miembro de la elite aristocrática limeña Felipe Pardo y aliaga. Su abuelo paterno fue Manuel Pardo Ribadeneira, oidor de la Real Audiencia de Lima, y su abuela paterna fue Mariana de Aliaga y Borda, hermana del segundo Marques de Fuente Hermosa. Un oidor era un juez de la Real
Audiencia y Cancillería, originalmente las Cortes del Reino de Castilla, el cual
llegó a convertirse en el más alto órgano de justicia en el Imperio Español. El “oidor” escuchaba a las partes en un
proceso judicial, sobre todo durante la fase de alegato. Las Cortes de Alcalá de
1348 solicitaron al Rey Enrique II de Castilla escuchar públicamente los casos
una o dos veces a la semana, con sus asesores, pero la cantidad de casos era
muy grande. Las Cortes pidieron también que delegue algunos de sus poderes a
sus asesores, para que ellos “pudieran juzgar en su nombre”.
Manuel Pardo Ribadeneira, regente
de la Real Audiencia de Cuzco, nació en 1759 en la provincia de Lugo (Galicia),
estudió en la Universidad de Santiago de Compostela, fue alcalde del crimen en
Lima, adonde llegó a mediados de 1794 y en 1895 fue regente de Cuzco. (2)
Manuel
Pardo y Lavalle estudió en Valparaíso, Lima, Barcelona y París. A los 19 años
en Paris hizo una sociedad con Marcó del Pont, participando cada uno con 500
pesos para comprar baratijas que debía vender Manuel Pardo en Lima. Dos años
después realiza un contrato con el Ejército para proveer calzado y otros
artículos, durante el gobierno del general Echenique. (9) Luego se ocupó de la
administración de la Hacienda Villa, cuyo dueño era su cuñado José Antonio
Lavalle. En ese periodo acumulo 30000 pesos. (9)
A su regreso, propuso la
construcción de una red ferroviaria para articular social y geográficamente al
país, como condición para alcanzar el progreso: “Sin ferrocarriles no puede
haber progreso material y sin progreso material no puede haber en las masas
progreso moral, porque el progreso material proporciona a los pueblos
bienestar, y el bienestar los saca del embrutecimiento y la miseria”.
Realizo un viaje a Jauja para
recuperarse de la Tuberculosis que lo aquejaba (1857-1859). En 1864 viajo a
Huancayo por el mismo motivo.
Fue gerente de la Compañía de
Consignación del Guano para la Gran Bretaña, director del Banco del Perú,
presidente de la compañía de seguros de vida “La Paternal” y director de la
Compañía Sur-Americana de Seguros Marítimos e Incendios. (5)
Desde 1865 fue ministro de Hacienda del
“gabinete de los talentos”, del Presidente Mariano Ignacio Prado, durante la
guerra con España; director de la Beneficencia de Lima, alcalde de Lima,
fundador y jefe del Partido Civil, presidente de la República y presidente del
Senado.
Fundó el Partido Civil y, entre
1872 y 1876, se convirtió en el primer presidente que no vestía uniforme
militar. Su programa insistía en la necesidad de institucionalizar el país,
fomentar la educación y construir obras públicas.
Según Gonzales Prada el Civilismo
era antes que un partido político una sociedad mercantil. Representaba la
coalición de los consignatarios contra Dreyfus. (9)
Manuel Gonzales Prada señaló que
el Presidente Balta se dejaba influenciar más por los insinuantes y aduladores
que por los reservados y prudentes. Era un juguete de hombres sin probidad ni
conciencia. En la disputa electoral los civilistas practicaron en grande la
prostitución del voto popular y Balta dudaba entre dar un golpe o respetar la elección
de Manuel Pardo. Podía declararse dictador o ceder el mando al Coronel Tomás
Gutiérrez. Resolvió respetar la ley, y provoco la asonada de los hermanos
Gutiérrez, quienes habían sido los que lo apoyaron en el gobierno. (9)
Pocos días antes de culminar el
mandato del Presidente Balta e iniciar Pardo su gobierno, estalló la rebelión
de los hermanos Gutiérrez el 22 de julio de 1872, cuatro coroneles encabezados
por Tomás Gutiérrez, ministro de Guerra. Por temor a perder privilegios bajo un
gobierno civil, e instigado por prominentes políticos, apresó al presidente
Balta y se autoproclamó Jefe Supremo de la República. La armada, entre cuyos
oficiales se contaban marinos de la talla de Miguel Grau y Aurelio García y
García, se pronunció en contra.
Pardo se refugió en la embajada
de Brasil; por los techos pasó a una casa amiga, la del doctor Ygarza y huyó
disfrazado de carretero de la ciudad, con rumbo al sur. Llegó hasta Chilca,
donde debía recogerlo un buque de la escuadra, al no ocurrir esto, se embarcó
en un bote de pescador y llegó a alta mar, donde lo recogió Miguel Grau en el
monitor Huáscar, pasando luego a la fragata Independencia.
Diría Gonzales Prada: “Los tigres
no cazaron porque los corderos observaron la prudencia de esconderse”. (9)
El levantamiento produjo el
asesinato del presidente Balta y como respuesta la rebelión popular en contra
del gobierno de facto, que acabó con la muerte de tres de los hermanos
Gutiérrez en las calles, entre ellos Tomás.
El Congreso declaro fuera de la
ley a los Gutiérrez y eso envalentono al pueblo que cobro la justicia con sus
manos. La turba tuvo valor al eliminar a Silvestre y Marcelino Gutiérrez, pero
fueron crueles al eliminar al otro hermano. Los cadáveres fueron incinerados.
(9)
Pardo desembarco en el Callao, y
fue recibido triunfalmente. Se dirigió a Lima, donde ante una muchedumbre
impresionante, pronunció un discurso que sentencio: “Habéis realizado una obra
terrible; pero una obra de justicia”.
El Congreso decidió acatar el
mandato popular y nombró a Pardo Presidente Constitucional de la República,
quien asumió el mando el 2 de agosto de 1872, día planificado desde un inicio,
para un mandato de cuatro años, de acuerdo con la Constitución peruana de 1860.
(5)
Gobernó el país con un gran
déficit fiscal, elevó los impuestos, formo el estanco del salitre e impulso la
revisión de los contratos de la venta del guano. La crisis económica se agudizó
y el Perú quedó al borde de la bancarrota. Firmó el Tratado de Alianza Defensiva
con Bolivia de 1873, que produciría la Guerra del Pacífico. Realizó reformas en
la educación pública y apoyó la cultura. (5)
El Coronel Mariano Herencia
Zevallos fue acusado de conspirar contra el gobierno de Manuel Pardo, siendo
apresado en Arequipa, junto con el viejo caudillo arequipeño, coronel Domingo
Gamio, en diciembre de 1872. El gobierno, en vez de someterlos a juicio,
prefirió alejarlos encomendándoles una comisión en las fronteras de Brasil.
Esta consistía en elegir los puntos adecuados para edificar fortalezas que
guarnecieran la frontera peruano-brasileña. Herencia Zevallos declinó esta
comisión y solicitó la licencia final en su clase militar, pero esto no fue
aceptado, por decreto del 24 de diciembre de 1872 se le conminó a obedecer. (12)
Herencia y Gamio fueron
entregados al coronel Manuel Segundo Cornejo, quien al mando de una escolta fue
comisionado a trasladarlos hasta el apostadero de Iquitos. Al llegar a la
región del río Chinchao, punto inmediato a Tingo María en Huánuco, la comitiva
decidió pernoctar en una hacienda. En la noche del 2 de febrero de 1873,
Herencia y Gamio intentaron huir y los guardias dispararon sus rifles contra
ellos, matándolos a traición. Sin embargo, el móvil del crimen fue al parecer
la antigua enemistad que tenía el coronel Cornejo con Gamio. (12) La opinión
pública culpo del crimen al gobierno de Manuel Pardo, el cual recibió duras
críticas en el Parlamento y la prensa. (11)
El primer atentado contra Manuel
Pardo fue el 8 de enero de 1873, cuando lo atacaron con dinamita mientras se
aprestaba a tomar el tren a Chorrillos. (7)
El 22 de agosto de 1874 Manuel
Pardo y Lavalle sufrió un atentado en plena vía pública, de manos del capitán
del ejército Juan Boza, quien disparó sobre el mandatario varios tiros de revólver,
sin que ninguno diera en el blanco. El mismo Pardo hizo frente a su agresor,
gritándole “asesino” e “infame” y desviando con su bastón el arma de fuego. Un
grupo de hombres que acompañaban a Boza, y que al parecer eran cómplices suyos,
huyeron haciendo disparos al aire. Este atentado ocurrió cuando Pardo
atravesaba a pie la esquina de la calle Palacio al portal de Escribanos (Actual
Club de la Unión).
Para Manuel Pardo y Lavalle la
crisis económica en el Perú era consecuencia del despilfarro fiscal y la
corrupción de los gobiernos anteriores. Durante su gobierno las medidas de
recortar los gastos en defensa y controlar los ascensos militares para
neutralizar el caudillismo generaron gran descontento en los grupos castrenses,
que finalmente produjeron su asesinato.
Manuel Pardo cuando gobernó
ejerció un empirismo financiero. Más prestamos, transacciones con la casa
Dreyfus tan onerosos como los del gobierno de Balta. Pardo no gobernó bien
porque no previó muchas cosas fáciles de preverse. La declaración de bancarrota
en el Congreso en 1872 fue un error. El decreto de la inconvertibilidad del
billete. La expropiación de las salitreras que exacerbo el odio de los
chilenos. Cancelar la construcción de los buques blindados hizo perder el
predominio marítimo en el océano pacifico. (9) Manuel Pardo solía decir: “Busco
auxiliares, y solo encuentro asesinos o lacayos”. (9) De otro lado la prensa
siempre estuvo opuesta a Manuel pardo. (9)
Cuando termino su mandato, viajó
a Europa luego a Chile, residiendo en Valparaíso.
Luego, regresó al ser elegido
senador por Junín ante el Congreso de la República del Perú. (5) Asumió la
presidencia del Senado. El 16 de noviembre de 1878 (6)(9), cuando salía de su
cámara, Pardo fue asesinado de un balazo en la espalda por un sargento mayor
(comandante). Se trató de un complot, cuidadosamente preparado, pues se le
voceaba como seguro vencedor en las futuras elecciones de 1880.
Los hechos ocurrieron entre las 2
y 3 de la tarde del sábado 16 de noviembre de 1878. (6)(9) A las 14:00 horas,
Pardo llega en coche a la puerta del Congreso. Llegaba de la imprenta del
diario El Comercio, donde había revisado las pruebas de un discurso que iba a
ser publicado. Lo acompañaban a la Cámara los señores Manuel María Rivas y Adán
Melgar. A la entrada, la guardia del batallón Pichincha le presenta armas y
Pardo hace un gesto para que cesen los honores. Luego, Pardo ingresa al primer patio del Congreso cuando el sargento
Melchor Montoya (22 años) (6) le dispara. La bala roza la mano izquierda del
señor Rivas, penetra en el pulmón izquierdo de Pardo y sale a la altura de la
clavícula. El ex presidente se lleva las manos al pecho y, recostado sobre un
señor, se dirige al segundo patio
(la cámara de senadores estaba, en el siglo XIX, en el actual local del Museo
de la Inquisición). (3)
Cuando ingresaba al local, el
sargento Melchor Montoya, que se encontraba en ese momento de guardia, le
disparó por la espalda. El Presidente avanzó por el pasadizo y cayó mortalmente
herido en este sitio. (4)
Pardo cae al suelo entre las
puertas que separan al patio del salón
de sesiones. El señor Melgar se lanza contra el asesino, mientras la
guardia permanece impasible. Melchor Montoya huye hacia la Plaza de la
Inquisición, pero es apresado por el sargento Juan Vellods. Dos centinelas lo
llevan a un cuarto en el segundo patio del
Senado. En unos instantes, llegan
más de 12 médicos, pero la herida es mortal; la hemorragia es casi
generalizada. No movieron a Pardo quien, agonizante, preguntó quién había sido
el asesino. Al saber que se trataba de un sargento dijo “perdono a todos”;
también llegó a decir “mi familia”, “debo mucho”, “me ahogo”. El padre dominico
Caballero fue su último confesor. A las 3 de la tarde, exhaló su último
aliento. El presbítero González La Rosa cerró sus ojos. (3) Por la muerte de
Manuel Pardo el Partido Civil devino en la única agrupación política no
“caudillista” en la historia del Perú. (3)
Seis minutos después de su
muerte, el cuerpo fue llevado al salón de sesiones del senado donde se le
practicó la autopsia. La muerte fue debida a dos proyectiles de arma de fuego
en la cavidad torácica. A las 9 de la noche fue trasladado a su casa. Los
funerales tuvieron una solemnidad excepcional y el entierro en el cementerio
Presbítero Maestro, dio lugar a una manifestación multitudinaria sin
precedentes. (3)
El presidente Mariano Ignacio
Prado, al ser informado de lo ocurrido, llego al senado. Exclamó “vergüenza” y,
al referirse al asesino, dijo: “¿Y por qué todavía vive ese miserable?”.
El historiador italiano Tomás
Caivano escribió: El asesinato de Manuel Pardo, podemos decirlo con toda
seguridad, sobre todo en consideración a las circunstancias y el momento en que
tuvo lugar, fue algo más que el asesinato de un hombre: fue el asesinato del
Perú.
Al sargento Montoya y a sus
cómplices se les siguió un largo juicio. Hubo un clima de libertad de prensa
frente al caso y el gobierno se extremó en rodear de garantías la marcha del
proceso. Se aclaró que el crimen fue producto de un complot de los sargentos
del batallón Pichincha, Melchor Montoya, Elías Álvarez, Armando Garay y Alfredo
Decourt. La razón es que en el Congreso se discutía una ley sobre ascensos que
les hubiera impedido su ascenso a la clase de oficial y convinieron hacer una
rebelión sublevando a su batallón y asesinando al presidente del Senado, a
quien consideraban autor del proyecto. Urdieron con todo detalle al asesinato,
como confesaron. Montoya fue fusilado el 22 de septiembre de 1880 a las 5 de la
madrugada. Gobernaba Nicolás de Piérola y el país estaba en guerra con Chile.
(3)
Cinco meses después Chile le
declaro la guerra al Perú. (8) Su hijo, José Pardo y Barreda, llegó a ser dos
veces Presidente del Perú (1904-1908 y 1915-1919). (5)
Aliensombra
1.- https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Pardo_y_Lavalle
2.-https://books.google.com.pe/books?id=SkVPu2YWoDEC&pg=PT209&lpg=PT209&dq=Manuel+Pardo+Ribadeneira&source=bl&ots=jtl3cFyBzD&sig=kBRFPfV6fI5y5Bse5j57CxZbXAs&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwihv7iJwZjfAhVGwlkKHSeQB2Y4ChDoATAEegQIBRAB#v=onepage&q=Manuel%20Pardo%20Ribadeneira&f=false
8.-http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:JGpz27Ab-7MJ:www2.caretas.pe/Main.asp%3FT%3D3082%26S%3D%26id%3D12%26idE%3D857%26idSTo%3D0%26idA%3D43916+&cd=7&hl=es-419&ct=clnk&gl=pe#.XNUP2I4zZqM Antonio Zapata (Caretas).
Falta el artículo de Uriel García: