Luego de la huelga de los maestros y los disturbios en todo el país, se ha establecido una mesa de negociaciones entre las autoridades educativas y los maestros. En esta mesa sin embargo hay otras aristas, una de ellas es Patria Roja, la otra la facción ultra de Robert Huaynalaya. Detrás de ellos la agrupación política que sigue a Humala y algunos maledicentes dicen el Presidente de Venezuela Hugo Chávez.
En esa mesa faltan los padres de familia y los estudiantes, que están representados por el Ministerio de Educación.
La ley magisterial declara la educación un servicio público esencial, determinando criterios y procesos de evaluación. La misma que se hará para el ingreso y durante el desempeño del cargo, ordinariamente cada tres años. Adicionalmente existen evaluaciones de verificación. La duración del cargo de Director es de tres años y puede alargarse por tres años más. Los procesos disciplinarios duran 45 días, y la suspensión de la actividad docente se produce entre otras causas por realizar proselitismo político, y por no presentarse en la evaluación de desempeño. La destitución se produce por maltrato físico o psicológico con daño grave, ebriedad, uso de drogas, delito doloso, etc. El despido se produce por haber desaprobado tres veces las evaluaciones en el mismo nivel.
La evaluación del desempeño y la carrera magisterial que se ha perfilado son un avance sustantivo que pretende mejorar la educación en el país. La ley no permite forma alguna de medir la homogeneidad de la educación impartida en todo el país. Concretamente no se menciona nada de exámenes nacionales para los estudiantes, que deberían tomarse al menos dos veces al año, y serviría para comparar la adquisición de los contenidos. De modo que un estudiante de Lima, en Collique pueda compararse en promedio con otro de Monterrico o de una lejana provincia. Esa comparación podría servir incluso para establecer las remuneraciones de los maestros. Por encima y por debajo del promedio sería posible proponer una escala de ingresos según rendimiento escolar obtenido. Otro aspecto omitido es el “veto” que los padres de familia a través de las APAFAS (Asociación de Padres de Familia) podrían hacer a los maestros. Puede darse el caso de un “buen” maestro cuando da los exámenes, pero un “mal” maestro cuando enseña. Por diferentes razones los padres podrían no desear que un maestro enseñe a sus hijos. Tal maestro sería puesto a disposición de la autoridad educativa, quien lo reasignaría. Si esto se produce tres veces, debería dedicarse a otra actividad, no a la docencia.
Ha hecho bien el Gobierno en emprender la Reforma de la Educación, pero falló al enfrentarse tan abiertamente a los maestros, tuvo que haber interesado en la ecuación al cliente del servicio: Los Padres de Familia. Las propuestas no están exentas de problemas, la democracia y la transparencia en las APAFAS deben mejorar, sobretodo el manejo de recursos económicos. Una vez se aseguren estos cambios la educación en el Perú tendrá otro rumbo.
En esa mesa faltan los padres de familia y los estudiantes, que están representados por el Ministerio de Educación.
La ley magisterial declara la educación un servicio público esencial, determinando criterios y procesos de evaluación. La misma que se hará para el ingreso y durante el desempeño del cargo, ordinariamente cada tres años. Adicionalmente existen evaluaciones de verificación. La duración del cargo de Director es de tres años y puede alargarse por tres años más. Los procesos disciplinarios duran 45 días, y la suspensión de la actividad docente se produce entre otras causas por realizar proselitismo político, y por no presentarse en la evaluación de desempeño. La destitución se produce por maltrato físico o psicológico con daño grave, ebriedad, uso de drogas, delito doloso, etc. El despido se produce por haber desaprobado tres veces las evaluaciones en el mismo nivel.
La evaluación del desempeño y la carrera magisterial que se ha perfilado son un avance sustantivo que pretende mejorar la educación en el país. La ley no permite forma alguna de medir la homogeneidad de la educación impartida en todo el país. Concretamente no se menciona nada de exámenes nacionales para los estudiantes, que deberían tomarse al menos dos veces al año, y serviría para comparar la adquisición de los contenidos. De modo que un estudiante de Lima, en Collique pueda compararse en promedio con otro de Monterrico o de una lejana provincia. Esa comparación podría servir incluso para establecer las remuneraciones de los maestros. Por encima y por debajo del promedio sería posible proponer una escala de ingresos según rendimiento escolar obtenido. Otro aspecto omitido es el “veto” que los padres de familia a través de las APAFAS (Asociación de Padres de Familia) podrían hacer a los maestros. Puede darse el caso de un “buen” maestro cuando da los exámenes, pero un “mal” maestro cuando enseña. Por diferentes razones los padres podrían no desear que un maestro enseñe a sus hijos. Tal maestro sería puesto a disposición de la autoridad educativa, quien lo reasignaría. Si esto se produce tres veces, debería dedicarse a otra actividad, no a la docencia.
Ha hecho bien el Gobierno en emprender la Reforma de la Educación, pero falló al enfrentarse tan abiertamente a los maestros, tuvo que haber interesado en la ecuación al cliente del servicio: Los Padres de Familia. Las propuestas no están exentas de problemas, la democracia y la transparencia en las APAFAS deben mejorar, sobretodo el manejo de recursos económicos. Una vez se aseguren estos cambios la educación en el Perú tendrá otro rumbo.
Aliensombra
Foto: (Huaynalaya) http://www.andina.com.pe/FotografiaDetalle.aspx?id=37478
No comments:
Post a Comment