Doctrina Cubana
Por ello es sintomático que las vigas maestras del mensaje electoral de Ollanta Humala reposen en los te mas de Defensa, pero también en los de Salud y Educación, que son los tres aspectos privilegiados por la "Doctrina Cubana" como elementos de instrumentación para manipular a la poblaci6n, como ya viene aconteciendo en Venezuela, donde los sectores de Defensa, Salud y Educación han cambiado sus orientaciones políticas tradicionales y hoy se guían por nuevas estrategias oportunamente diseñadas con la asesoria cubana, en la medida que Cuba cuenta con miles de especialistas exportables en esas áreas.
La estrategia de actuar en estos tres campos no es una opción en pro del desarrollo sino una alternativa de sustitución a la tradicional y fracasada actividad subversiva que Cuba ha alentado desde los años de 1960 en América Latina. Hoy, como es de suponer, son cada vez mas remotas las posibilidades de la guerra subversiva en el continente y por ello Cuba experimenta nuevas formas de destruir la Democracia, con base en extender y profundizar la agitación popular explotando la insatisfacción de necesidades básicas, para provocar levantamientos contra los gobiernos en América Latina y exacerbar un nacionalismo xenófobo capaz de provocar un enfrentamiento con Estados Unidos a través de sus empresas instaladas en los diversos países de la región. Para confirmar este aserto, basta con escuchar e interpretar debidamente las declaraciones siempre incendiarias de Antauro Humala, que es parte importante del proyecto "nacionalista" de su hermano Ollanta, que, siguiendo el libreto de la Inteligencia Cubana ha sido elegido para personificar un Plan Alterno para que los Humala y sus seguidores lleguen al Poder en el Perú a través de la ya mencionada Guerra de Inteligencia y Operaciones Psicológicas que empezó durante el gobierno de Valentín Paniagua (2000-2001) y que se consolido durante el Gobierno de A1ejandro Toledo.
La aparición publica de Ollanta Humala y su pro- puesta radical no significa de modo alguno que estemos volviendo a la "política del péndulo" en la fase de los gobiernos militares "progresistas" latinoamericanos del siglo pasado. En realidad, sucede que en forma silenciosa pero persistente y con propósitos estratégicos definidos se viene articulando un eje geoestratégico, digitado por Fidel Castro en Cuba y que tiene como aliado a Hugo Chávez en Venezuela -quien pone el financiamiento para viabilizar la operación-, para lo cual previamente coadyuvaron al triunfo electoral de Evo Morales en Bolivia, y ahora auspician el triunfo de Ollanta Humala en las elecciones del Perú y pretenden luego orientar sus esfuerzos políticos sobre Ecuador, para luego aislar a Colombia -que es un país aliado de los EEUU- y colapsar el proceso de pacificación que conduce el Presidente Uribe contra los grupos violentos en su país que están aliados con el narcotráfico.
Este proyecto supuestamente nacionalista, antiimperialista y bolivariano viene a ser el ultimo intento de Fidel Castro para enfrentar a los Estados Unidos de Norteamérica, tratando de generar una desestabilización en el área, aprovechando que la agenda norte- americana tiene como primera prioridad la situación del Oriente Medio y que América Latina no figuraba entre sus principales preocupaciones hasta las recientes declaraciones del Embajador Jhon Negroponte (DIN) a la revista Time.
La estrategia de actuar en estos tres campos no es una opción en pro del desarrollo sino una alternativa de sustitución a la tradicional y fracasada actividad subversiva que Cuba ha alentado desde los años de 1960 en América Latina. Hoy, como es de suponer, son cada vez mas remotas las posibilidades de la guerra subversiva en el continente y por ello Cuba experimenta nuevas formas de destruir la Democracia, con base en extender y profundizar la agitación popular explotando la insatisfacción de necesidades básicas, para provocar levantamientos contra los gobiernos en América Latina y exacerbar un nacionalismo xenófobo capaz de provocar un enfrentamiento con Estados Unidos a través de sus empresas instaladas en los diversos países de la región. Para confirmar este aserto, basta con escuchar e interpretar debidamente las declaraciones siempre incendiarias de Antauro Humala, que es parte importante del proyecto "nacionalista" de su hermano Ollanta, que, siguiendo el libreto de la Inteligencia Cubana ha sido elegido para personificar un Plan Alterno para que los Humala y sus seguidores lleguen al Poder en el Perú a través de la ya mencionada Guerra de Inteligencia y Operaciones Psicológicas que empezó durante el gobierno de Valentín Paniagua (2000-2001) y que se consolido durante el Gobierno de A1ejandro Toledo.
La aparición publica de Ollanta Humala y su pro- puesta radical no significa de modo alguno que estemos volviendo a la "política del péndulo" en la fase de los gobiernos militares "progresistas" latinoamericanos del siglo pasado. En realidad, sucede que en forma silenciosa pero persistente y con propósitos estratégicos definidos se viene articulando un eje geoestratégico, digitado por Fidel Castro en Cuba y que tiene como aliado a Hugo Chávez en Venezuela -quien pone el financiamiento para viabilizar la operación-, para lo cual previamente coadyuvaron al triunfo electoral de Evo Morales en Bolivia, y ahora auspician el triunfo de Ollanta Humala en las elecciones del Perú y pretenden luego orientar sus esfuerzos políticos sobre Ecuador, para luego aislar a Colombia -que es un país aliado de los EEUU- y colapsar el proceso de pacificación que conduce el Presidente Uribe contra los grupos violentos en su país que están aliados con el narcotráfico.
Este proyecto supuestamente nacionalista, antiimperialista y bolivariano viene a ser el ultimo intento de Fidel Castro para enfrentar a los Estados Unidos de Norteamérica, tratando de generar una desestabilización en el área, aprovechando que la agenda norte- americana tiene como primera prioridad la situación del Oriente Medio y que América Latina no figuraba entre sus principales preocupaciones hasta las recientes declaraciones del Embajador Jhon Negroponte (DIN) a la revista Time.
Vladimiro Montesinos
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