EL PERÚ ES MÁS GRANDE QUE SUS PROBLEMAS 2021 BICENTENARIO DEL PERÚ - FIRME Y FELIZ POR LA UNIÓN
Polidrez: HOLOCAUSTO ASHANINKA

Sunday, January 16, 2011

HOLOCAUSTO ASHANINKA

Los Asháninkas forman una etnia de cerca de 55000 personas, de ellos durante la guerra con Sendero luminoso 10 mil fueron desplazados forzosamente, 6 mil murieron y 5 mil fueron secuestrados por la agrupación terrorista Sendero Luminoso.
Esta región está unida por vía fluvial a través del río Ene, que se forma por el río Apurímac y el río Mantaro, uniéndose luego de 180.6 kilómetros con el río Perene y formando el río Tambo. El cual a su vez luego de 158.5 kilómetros de longitud se junta con el río Urubamba y forma el río Ucayali, uno de los afluentes del río Marañón y, en consecuencia, del río Amazonas. Las aguas de los ríos permiten el acceso a la ciudad de Pucallpa, y luego por tierra con Aguaytía, Tingo María y el Alto Huallaga, o por río hacia Iquitos. Desde Satipo se puede llegar por tierra a la sierra central (Tarma, La Oroya, y el valle del Mantaro).
A los crímenes de lesa humanidad de Sendero Luminoso se suma sin duda el holocausto Asháninka. El cual consistió en el exterminio sistemático, comenzando por el aislamiento de la etnia, al copar las entradas por los ríos y las pistas de aterrizaje, permitiendo que sólo miembros del partido puedan movilizarse con relativa libertad.
Muchas comunidades Asháninkas se resistieron, como la comunidad Cutivireni en el bajo Tambo, por lo que fue masacrada varias veces. Los que lograron sobrevivir, para evitar ser secuestrados, escaparon hacia la selva en la parte alta del valle llamado Tzibokiroato. Allí también fueron hostigados por Sendero Luminoso.
En setiembre de 1991, un grupo de 169 Asháninkas de Cutivireni, con el apoyo del padre franciscano Mariano Gagnon, párroco de la misión, fueron trasladados por vía aérea al otro lado de la cordillera, al valle del Urubamba, dentro del territorio tradicional del pueblo Matsiguenga. Aquí encontraron refugio en la comunidad de Kiriketi (Kirigueti), y crearon una nueva comunidad autónoma. Actualmente algunos de ellos han sido reubicados en el río Tambo.
En 1991, el Ejército peruano instaló en Cutivireni una base militar y propicio la formación de una Ronda o Comité de Autodefensa Asháninka. Cutivireni llego a recibir a más de dos mil Asháninkas desplazados de otras comunidades del Ene, como Kamantavishi, Kachingari, Tinkareni, Potoshi, y Shaboroshari.
A fines de 1990, Sendero Luminoso controlaba todo el Ene y la parte alta del Tambo (hasta el codo del río en la comunidad de Poyeni).
Desde 1990 y los primeros meses de 1992, el Ejército peruano ataco en las cuencas del Tambo y el Ene. La estrategia de Sendero Luminoso fue obligar a los miembros de las comunidades a huir al monte. Varios lideres Asháninka se inmolaron por su pueblo, no escaparon de Sendero Luminoso para evitar que las familias sean masacradas.
Ante esta situación Emilio Ríos, jefe de Poyeni, junto con Jaime Velásquez, convocaron a una Asamblea de las organizaciones Asháninka, en la que se reafirmo la decisión de formar un ejército Asháninka, “con un sólo objetivo, recuperar la familia, trabajar por la tradición Asháninka”. Para ello, los nativos apelaron a la tradición guerrera de sus abuelos.
El ejercito Asháninka tradicionalmente ha surgido cuando la vida de los Asháninka ha estado amenazada, incluso los lideres adoptaban nombres de guerra. Emilio Ríos fue conocido entonces como “Kitóniro”.
El “Ejército Asháninka” busco el apoyo a la Marina, pero ésta no se la negó. En 1990, el Ejército Asháninka patrullo amplias zonas y ataco a la fuerza principal de Sendero Luminoso, en Cheni y Anapati, comunidades vecinas a Otica.
Casi 10 mil Asháninkas fueron obligados a ir al monte por Sendero Luminoso o tuvieron que huir.
Los denominados Comités Populares de Sendero Luminoso eran en la práctica «campos de concentración», donde los Asháninkas realizaban trabajo forzado, en horarios estrictos, con normas de conducta rigurosas. Los engaños de los que los senderistas se valieron para desplazar a los Asháninkas quedaron al descubierto ante el incumplimiento de las promesas hechas, y la pérdida de la libertad individual. Los Asháninkas resistieron heroicamente, y así como miles de judíos fueron engañados por los nazis para ir hacia la muerte, los senderistas obligaron a los Asháninka a ser sometidos a la esclavitud.
Un guerrero Asháninka de Quempiri recuerda que a los que se rebelaban “se les colocaba al interior de un círculo, y se elegía a algún miembro de la Fuerza Principal para asesinarlo con una soga o con un cuchillo por la espalda”. Los asesinatos eran presenciados obligatoriamente por la familia y no sólo ello, también debían festejar la muerte, reír, tomar masato, y hacer vivas a Sendero Luminoso partido y al autodenominado presidente Gonzalo. Los cadáveres eran sepultados en fosas comunes, y pocas veces los familiares podían honrar a sus difuntos.
Los miembros de Sendero Luminoso separaban a los miembros de las familias, y si alguno escapaba sus familiares eran masacrados.
Las tierras liberadas por los Asháninkas recibieron entonces el apoyo del Ejército que les doto con armas de fuego por orden gubernamental del entonces Presidente Alberto Fujimori.
El rescate de los Asháninkas secuestrados por Sendero Luminoso ocurrió poco a poco, a pesar de las amenazas de los senderistas que los iban a torturar. Diez mil Asháninkas en pie de lucha lograron rescatar a tres mil Asháninkas secuestrados. Sendero continuo hostigando a los liberados, quemando sus sembrios y disparando desde lejos a los Asháninkas.
El 25 de setiembre de 1990, ocurrio una batalla de los Asháninka con Sendero Luminoso en un lugar llamado “La Roca”. Luego de un cruento combate los Asháninkas se impusieron, la noticia animo a miles de Asháninkas a regresar a sus comunidades.
En Agosto de 1993, tres columnas senderistas, de 70 activistas ingresaron a ocho comunidades del valle de Tsiriari asesinando y saqueando, robando y sembrando el terror. Los niños fueron masacrados a machetazos. Los asesinatos se han hecho con arma blanca: flechas, machetes y otros fueron ahorcados con pitas. De las cinco mujeres asesinadas, dos tenían aspecto de haber sido violadas. A dos de ellas les habían cercenado uno de los senos, y a la quinta se le extrajo el feto del vientre.
¿Que clase de bestias son estas? ¿Cadena perpetua?



 

Aliensombra

Libros de la Comisión de la Verdad

1 comment:

Anonymous said...

De horror, y asi Humala dice que Abimael es un preso político, cuando fue un desgraciado sanguinario que desangró Perú.