Hace algunas semanas se difundió la noticia del proyecto de un gasoducto desde Bolivia a Venezuela, que atraviesa el Brasil y servirá también a la Argentina. Inicialmente el trazo del proyecto cortaba en línea recta la selva brasileña, luego se han producido sucesivas modificaciones, llevando el trazado hacia las costas de Brasil, y duplicando el monto de inversión que actualmente bordearía los 20,000 millones de dólares.
Que bien que ocurra esta integración energética. Sin embargo desde el punto de vista del Perú, sus intereses se verían afectados, dado que su proyecto gasífero en Kamisea (Cusco) que llega al océano pacifico, tenia la pretensión de unirse con el de Bolivia para producir un eje energético. Este nuevo eje, surgido de un "proyecto imposible", dada la envergadura económica del mismo, descoloca geopolíticamente al Perú. El Perú como Ecuador queda virtualmente aislado. Chile en cambio hace muchos años adopto la estrategia de independencia energética importando gas que reconvierte en sus costas. Al país del sur, le conviene la nueva situación, porque no le seria difícil la interconexión con Bolivia que seguramente se produciría luego de una negociación de una salida al mar de Bolivia, que en el ultimo de los casos se produciría por Arica, afectado los intereses del Perú. Recordemos que existe una zona en litigio en la frontera marítima del Perú y Chile.
Bueno todo este embrollo se puede resumir en que los peruanos debemos hilar fino para no ver afectados nuestros intereses. Debemos de integrarnos físicamente a mayor velocidad con Brasil, para evitar apetitos expansionistas de nuestros vecinos, debemos firmar el TLC ahora más que nunca y apostar por el desarrollo económico sostenido que nos permita mantener una fuerza armada disuasiva. Y más importante que todo, tener objetivos nacionales claros en cuanto a desarrollo tecnológico, que incluye el aspecto biológico y nuclear. Tanto para obtener fuentes energéticas nuevas, como para ser capaces de producir un equilibrio estratégico de "bajo costo" que asegure la paz.
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Que bien que ocurra esta integración energética. Sin embargo desde el punto de vista del Perú, sus intereses se verían afectados, dado que su proyecto gasífero en Kamisea (Cusco) que llega al océano pacifico, tenia la pretensión de unirse con el de Bolivia para producir un eje energético. Este nuevo eje, surgido de un "proyecto imposible", dada la envergadura económica del mismo, descoloca geopolíticamente al Perú. El Perú como Ecuador queda virtualmente aislado. Chile en cambio hace muchos años adopto la estrategia de independencia energética importando gas que reconvierte en sus costas. Al país del sur, le conviene la nueva situación, porque no le seria difícil la interconexión con Bolivia que seguramente se produciría luego de una negociación de una salida al mar de Bolivia, que en el ultimo de los casos se produciría por Arica, afectado los intereses del Perú. Recordemos que existe una zona en litigio en la frontera marítima del Perú y Chile.
Bueno todo este embrollo se puede resumir en que los peruanos debemos hilar fino para no ver afectados nuestros intereses. Debemos de integrarnos físicamente a mayor velocidad con Brasil, para evitar apetitos expansionistas de nuestros vecinos, debemos firmar el TLC ahora más que nunca y apostar por el desarrollo económico sostenido que nos permita mantener una fuerza armada disuasiva. Y más importante que todo, tener objetivos nacionales claros en cuanto a desarrollo tecnológico, que incluye el aspecto biológico y nuclear. Tanto para obtener fuentes energéticas nuevas, como para ser capaces de producir un equilibrio estratégico de "bajo costo" que asegure la paz.
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