“Todo Juez que no cumpla con las leyes o
que sea cómplice de un crimen
será fusilado”
Maximiliano Hernández Martínez, nació el 29 de octubre de 1882 de padres campesinos. Inicio su vida militar en Guatemala, donde alcanzo a ser teniente y entonces regreso a El Salvador. Llego a General de Brigada y luego Ministro de Guerra y Aviación. Fue un militar, que alcanzó la vicepresidencia de su país y el 2 de diciembre de 1931, dio un golpe de estado contra el Presidente Arturo Araujo, convirtiéndose en un dictador.
Los EEUU habían propiciado un tratado de paz y amistad de los países centroamericanos en febrero de 1923. Dentro de las provisiones del tratado se consideraba que los Presidentes de facto no serían reconocidos, solo los designados 6 meses después del golpe de Estado. Lo que impedía reconocer a Hernández Martínez. Los norteamericanos deseaban que El Salvador envié un representante a los EEUU para acordar la mejor forma de solucionar el tema.
Cuando Hernández Martínez llego al poder en 1931, lo logra porque la clase económica dominante siente que sus intereses estarán mejor representados por él, pues se sentían afectados por las reformas económicas, y le proponen reemplazar al presidente en ejercicio. Un año después del golpe fue ratificado por la Asamblea Legislativa.
Su mandato duro 13 años (“Martinato”), lo que consiguió a través de reelecciones sucesivas, siendo candidato único o por decretos legislativos.Realizo cambios en la conducción gubernamental, en seguridad ciudadana fue un duro represor de la delincuencia, creo un Banco Central, reducción de la deuda de las personas y la cancelación de la deuda externa, construcción de la carretera Panamericana y muchas otras.
El gobierno de Hernández no toleraba el delito, la pena por robar era la amputación de una mano. Era muy agresivo con las rebeliones, las cuales castigaba con la muerte. Estas actitudes le dieron una muy alta popularidad.
A pesar de sus simpatías por Hitler y Mussolini, durante la segunda guerra mundial, tuvo que aliarse con los EEUU por estrategia, ya que los norteamericanos no iban a permitir tener un enemigo en el continente.
Para entender la historia de El Salvador, debemos recordar la época de la conquista, donde se sucedieron batallas memorables, como la batalla de Acajutla y la batalla de Cuzcatlán.
La Batalla de Acajutla, se realizó el 8 de junio de 1524, entre el español Pedro de Alvarado (Segundo de Hernán Cortez) y los indígenas Pipiles (Nahuas), con una categórica victoria española. Fueron 250 españoles (150 a pie y 100 a caballo, crueles y codiciosos, la mayoría eran jornaleros) con algunas ideas del arte de la guerra, acompañados por más de 5000 indios auxiliares; contra más de 20000 guerreros Pipiles. Los guerreros tenían armaduras pesadas forradas de algodón (tres dedos), los que les restaba movilidad.
La celada fue que los españoles fingieron una retirada a la carrera, siendo perseguidos por los guerreros Pipiles, cuando ya estaban por alcanzarlos los españoles viran y atacan. Las pesadas armaduras hacían que al caer los Pipiles, les fuera imposible levantarse. Fue una matanza. En esa batalla fue herido Pedro de Alvarado.Mayor resistencia encontraron los conquistadores en Tacuxcalco, al sur de Sonsonate, donde un numeroso ejército Pipil los combatió. Los Pipiles usaban lanzas de cuatro metros de largo y era más numeroso que el de Acaxual. Los españoles eran 250 y contaban con casi seis mil indios auxiliares. Pedro de Alvarado, aún herido, no podía combatir, distribuyó sus fuerzas en cuatro cuerpos de ejército y puso a la cabeza de cada ejército a sus cuatro hermanos. La batalla duró pocas horas, con muchos indios muertos y heridos. Los demás huyeron a los montes y colinas. Este hecho marcaria la historia de El Salvador.
La familia Alvarado no logró conquistar por la fuerza la tierra Cuzcatleca. Muchos Pipiles murieron en ese primer asalto, incluyendo el legendario Atlacatl o "Señor de Cuzcatlán"; así como también muchos Pipiles huyeron a los "montes y sierras cercanas". Lo que se llegó a nombrar siglos después como "Lomas de Candelaria" y las faldas del Volcán de San Salvador fueron refugio para miles de cuzcatlecos, entre ellos muchos guerreros que esporádicamente bajaban a Cuzcatlán y atacaban a los invasores extranjeros. Una auténtica guerra de guerrillas. La familia Alvarado intentó tretas y subterfugios por hacerlos regresar y someterse, pero sin éxito, aún envió mensajeros, pero éstos nunca regresaron.
El crudo invierno obligó a los conquistadores, después de permanecer en Cuzcatlán por 17 días, a regresar a Ixinché, en Guatemala.
Un segundo intento frustro para conquistar Cuzcatlán se inició a finales de 1524, por un ejército a cargo de Diego de Alvarado, segundo en línea de dicha familia. Esta vez los españoles tuvieron mayor éxito, fundando en diciembre de 1524 la "Villa de San Salvador" en el valle de Las Bermudas, cerca de Suchitoto y no tan cerca de Cuzcatlán; era un sitio solitario, extremadamente húmedo y lluvioso.
La batalla final de Cuzcatlán ocurrió el 6 de agosto en 1526. Don Jorge de Alvarado, hermano de Pedro Alvarado, para mantener sojuzgada la provincia de Cuzcatlán, una de las más ricas de la Gobernación, fundo una villa española, que llamó “El Salvador”, por haberse ganado la última batalla que sujetó esta provincia a los españoles, el 6 de agosto, día en que la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor.
Aún derrotados los nativos no dejaron de hostigar a los españoles. Doce años después, en 1541, Pedro Alvarado falleció en el estado de Jalisco, cerca de Guadalajara, huyendo de guerreros indios que lo acosaban.
El Salvador consiguió su Independencia de España el 15/09/1821, y se formó como Estado Federado el 12/06/1824. En su historia posterior dos sucesos marcaron su existencia, el primero fue la muerte de 30000 personas, un verdadero etnocidio. El segundo, la Guerra Civil que duro 12 años, y cobró 75000 vidas, finalizo el 16/01/1992.
Las tribus Nahuas que se defendieron de los españoles, son las que se vieron azotadas por el Martinato, y serán casi las mismas, geográficamente, que luego participarán en la Guerra Civil. Se podría decir que tienen las raíces de una verdadera nación.
En 1929, el Crack Económico mundial, produjo gran desempleo, caída de los salarios en el 54% y caída de los precios del café, precipitando la ruina de El Salvador, pues el café era su primer producto de exportación.
En 1930 se crea el primer Partido Comunista en El Salvador, liderado por Farabundo Martí.
En 1931, Maximiliano Hernández Martínez, quien era vicepresidente de la república da un golpe de Estado y se erige en el primer mandatario.
En 1932, ocurre el levantamiento indígena de Feliciano Ama en Izalco, el cual va a provocar una cruenta reacción del Martinato, resultando en miles de muertos. Algunos calculan que el número de muertos pueden ser tan pocos como 7000 o alcanzar los 30000. Campesinos, indígenas y algunos militares atacaron instalaciones militares en el occidente del país.
“El 22 de enero de 1932, armados de machetes, miles de indígenas y campesinos que componían el movimiento, tomaron haciendas y cuarteles en los municipios de Juayúa, Teotepeque, Nahuizalco, Izalco y Tacuba.” (Pineda 2011). Los dirigentes comunistas fueron eliminados.
La asonada de los indígenas nahuas, coincide con el levantamiento popular propiciado por el Partido Comunista Salvadoreño, en 1932. Los comunistas salvadoreños acusan al gobierno de fraude al perder las elecciones, pero son detenidos. El 22 de enero de ese año los líderes Alfonso Luna, Mario Zapata y Agustín Farabundo Martí son apresados y fusilados.
La insurrección que termino en un etnocidio de las comunidades nativas, era en realidad una rebelión contra el sistema de tenencias de tierras. La reforma presidencial de Arturo Araujo exacerbo los ánimos, al despojar de sus tierras a los campesinos (tierras ejidales), para darlas a los terratenientes comunales.
La acumulación de riqueza de los cafetaleros y hacendados, no solo ocurrió por la acumulación de tierras, sino por pagos míseros, que consistían en dos tortillas más dos cucharadas de frijoles sancochados al inicio y al fin de cada jornada. “El campesinado exigía salarios justos, imposibles de satisfacer pues los patrones estaban endeudados y los precios de sus productos por el suelo”.
Agustín Farabundo Martí en 1925 conforma el Partido Comunista Centroamericano, es delegado de Socorro Rojo Internacional y delegado de la Internacional Comunista. En 1928 viaja a los EEUU donde forma la Liga Antimperialista de las Américas. Por entonces llega a ser secretario de Augusto Cesar Sandino. El 04 de enero de 1929 es nombrado efectivo del ejército defensor de la soberanía de Nicaragua.
Tras el golpe de 1931 el Partido Comunista de El Salvador tomó más libertad de movimiento, y se organizó. No existen pruebas concluyentes pero el levantamiento indígena coincide con la asonada de los comunistas a mediados de enero de 1932, tanto que deberían haber estado coordinados.
La población tomo los municipios Juayua, Nahuizalco, Izalco, y Tacuba, además de los cuarteles de Ahuachapan y otros. La rebelión campesina era liderada por Francisco Chico Sánchez, un indígena inscrito en el partido comunista. El 22 de enero logro tomar esas poblaciones y quiso repartir las tierras entre sus seguidores, asesino a un terrateniente y a un coronel. El 28 de enero la asonada fue controlada a sangre y fuego, siendo entonces fusilado junto a todos sus seguidores.
W J Mc Caffertty un agente norteamericano, informo al gobierno de los EEUU, que los indígenas buscaron a sus caciques para resolver estos problemas. La estrategia empleada por los caciques fue la formación de asociaciones de cooperación, dirigidas por ellos, donde daban empleo a los indígenas y a cambio estos colaboraban con las festividades católicas.
En esta situación violenta, los no indígenas tenían plena colaboración del ejército. El cual arrestaba indígenas sospechosos de ser rebeldes y los condenaba a muerte.
Diez días después del levantamiento, en el puerto de Acajutla, los navíos británicos Skeena, Vancouver y el estadounidense Rochester estaban a la expectativa para evacuar a sus connacionales.
Luego discurrieron los años del Martinato, con grandes aciertos económicos y sociales, pero ya la herida estaba abierta. Los apoyos con los que contaba Hernández Martínez fueron desvaneciéndose uno a uno, los militares, los terratenientes, el pueblo y los EEUU.
En 1943 Hernández Martínez aumento los impuestos sobre exportación. En 1944 ocurrió una rebelión militar, en domingo de Ramos bombardearon Santa Ana, pero fueron vencidos en dos días. En ese año, el intento de golpe de Estado, fue resuelto de forma cruenta, manteniéndose Hernández Martínez en el poder. Fusilo a todos los cabecillas de la rebelión. Estos hechos provocaron una huelga de brazos caídos del 24 de abril, que finalmente provoco la salida de Maximiliano Hernández Martínez del poder el 9 de mayo. Un estudiante universitario murió abaleado y dio la casualidad que era un ciudadano norteamericano que estudiaba en El Salvador.
Otro factor que precipito su caída fue que había comenzado a orientar su política hacia las personas de menos recursos, y aumento los impuestos, lo que no agrado a los terratenientes.
Los EEUU, los terratenientes y el pueblo con su huelga de brazos caídos lograron lo que los intentos golpistas no pudieron. Dejo el poder y se exilió voluntariamente en los EEUU por muchos años.
Hernández Martínez tenía una vida solitaria a sus 88 años, vivía con su chofer y una cocinera. El 15 de mayo de 1966, almorzaba cuando su chofer Cipriano Morales llegó a exigirle el pago de su sueldo que necesitaba para seguir bebiendo. El General retenía su sueldo para que no siga embriagándose. En venganza lo asesino, apuñalándolo por la espalda 19 veces.
Aliensombra
Nota: El levantamiento de Trujillo, en el Perú, propiciado por el APRA se produce meses después, en julio de 1932. El APRA tenía una sección Costarricense nacida en los años veinte. A la misma pertenecieron Carmen Lyra, Luisa González, Gonzalo González, Rómulo Betancourt y Joaquín García Monge. Esta organización auspició la visita del propio Víctor Raúl Haya de la Torre a Costa Rica en 1928. La Sección formaba parte de la llamada Liga Antiimperialista que en aquel momento se solidarizaba estrechamente con las luchas sociales contra la intervención extranjera como la de César Sandino en Nicaragua y la de Farabundo Martí en El Salvador. Finalmente se disolvió mezclándose con los movimientos de izquierda, sobretodo el Partido Comunista Costarricense fundado en 1931 al que pertenecerían la mayoría de sus miembros.
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