Cuando Juan Velasco Alvarado fue derrocado por Morales Bermúdez Cerruti en los colegios de Lima hubo algarabía y en muchos de ellos se declaró día libre.
El gobierno de Velasco expropió empresas privadas y creo grandes monopolios estatales. Entre ellos PetroPerú, MineroPerú y PescaPerú. Llevo adelante una reforma agraria, nacionalizó los capitales extranjeros y estableció el control de cambios.
“Como resultado de estas medidas, las pérdidas acumuladas por las empresas públicas pasaron de 46 millones de dólares en 1968 a 2.254 millones en 1977; el déficit fiscal aumentó del 1,7 por ciento del PBI en 1968 al 12,3 por ciento en 1977; la deuda pública pasó del 15 por ciento del PBI en 1968 al 48 por ciento en 1978; la inflación pasó del 5,7 por ciento en 1969 al 73,9 por ciento en 1978; la balanza comercial pasó de un saldo favorable de más de 200 millones de dólares en 1968 a un saldo negativo de 1.700 millones en 1978; el país pasó de ser un exportador de alimentos a ser un importador neto; la inversión y la productividad se desplomaron”. (7)
Muchos dirigentes opositores fueron encarcelados o deportados. Se instaló una estricta censura sobre la prensa y los medios electrónicos. En 1974 fueron expropiados todos los diarios del país y sus editores fueron enviados al exilio.
En agosto de 1975, con una inflación descontrolada y escasez de bienes básicos, una sublevación de altos militares derroco a un Velasco muy enfermo.
El general Francisco Morales Bermúdez alguna vez fue calificado como “una mentalidad fría, calculadora, buen estratega, inteligencia media, compensada por la astucia, buena capacidad política. Maneja y utiliza personas. Ambición de poder y capacidad de espera. Carece de escrúpulos. Hipócrita, desleal, cínico, entiende que el fin justifica los medios. No le interesa la moral. Evita todo enfrentamiento personal.” Se educó con los jesuitas, quienes lograron formar en él una mentalidad reflexiva y ponderada.
Profesionalmente se desempeñó como ingeniero militar, y se especializo en economía.
En el gobierno del Presidente Fernando Belaunde acepta la cartera de Hacienda y Comercio, plantea una reconstrucción de Economía, que no es aceptada y renuncia por carta pública. Durante el Gobierno del general Velasco acepta ser su segundo Ministro de Hacienda. En los últimos meses del régimen conspira con los generales Fernández Maldonado, Rodríguez Figueroa, Graham Hurtado y Gallegos Venero. Viaja oficialmente a la celebración del aniversario de Tacna, logrando comprometer al general De la Vera Velarde, comandante de la Tercera Región Militar, dando un pronunciamiento. Reclamando el apoyo de los comandantes generales, y obligando de esa manera al general Rodríguez Figueroa, comandante general de la II Región, a rebelarse en Lima. Triunfante, retorna a Lima y en diez meses, de diversas maneras encubiertas, pasa al retiro a todos los generales que le llevaron al poder.
En Tacna se excedió en las copas junto con La Vera, comandante de la Tercera Región Militar, y dio el golpe del 29 de agosto. Hasta había planificado una ruta de escape con un avión para la eventualidad de una huida. (3)
La celebración del Día de Tacna consistió en un almuerzo con la guarnición, hubo mucho vino, y en la noche la fiesta fue en el Club de Tacna con toda la sociedad, a la que asistieron los oficiales con sus esposas. Las señoras, después de bailar un rato, se cansaron y se retiraron a descansar en una salita, pero al ver que las muchachas sacaban a bailar a los generales, se pusieron celosas y los obligaron a salir de la fiesta. Morales recalcó: « ¡Fíjense cómo pueden influir los celos de las mujeres en la vida de un país!». Todos se retiraron con las esposas, a regañadientes. Graham contaba: «Nos fuimos a nuestro alojamiento en casa de García Vargas, comandante de la guarnición de Tacna, La Vera y yo. Las señoras se retiraron y nos quedamos desde la una de la mañana en el comedor de García tomando whisky y conversando.
Alrededor de las tres de la mañana, nos pusimos a hablar de política. Yo les conté cómo estaba la tensión con Velasco, y La Vera y García sugirieron que debíamos sublevarnos en este momento para derrocar a Velasco».
Y comenzaron a llamar por teléfono, iniciando la sublevación. Por eso Leónidas Rodríguez Figueroa dice que cuando lo llaman “estaban en una tranca que no se les entendía porque estaban los tres borrachos”. El propio Morales lo narro delante de De la Vera y de los demás. El golpe militar de Morales Bermúdez fue el fruto de una borrachera.
Lo penoso de la situación era que en 45 días se podía haber producido el cambio de mando con la anuencia del general Velasco, lo que hubiera significado un retiro honroso. Estaba previsto que Gilardi pasaría al retiro el 31 de agosto, Morales regresaría el 2 de septiembre de Tacna, y el 13 de septiembre asumiría el mando. Para ello debería solicitarle cara a cara su retiro al general Velasco.
Velasco se enteró de la asonada y convoco a Hoyos Rubio. Velasco sabía que los ministros militares estaban reunidos en el edificio de la Segunda Región y conocían la situación. Todo estaba consumado.
Una sola vez Velasco levantó la voz, para llamar cobarde a Morales –ausente-, diciendo que había tenido que recurrir a la bebida para encontrar el valor que, evidentemente, no tenía en presencia suya. ¡Y pensar que le había comunicado personalmente a Morales que le traspasaría el poder el 3 de octubre!
Miguel Ángel de la Flor, dijo: «Bueno, creo que nosotros todos debemos renunciar». Y entonces Gilardi le dijo: «¡Qué renunciar! Ya estamos renunciados». El general Velasco dijo «No, ninguno de ustedes se va. ¿De dónde va a sacar Morales ministros de la calidad de ustedes? Acá no es problema de hombres. Es problema del país. Quédense con él».
Meza Cuadra, en la mañana, había recibido una llamada de Morales para que se pliegue a los golpistas, pero él indignado contesto: «Eres un miserable y un traidor. Si el general había hecho algo malo, tú y yo lo habríamos podido impedir».
A las dos y media Velasco se despidió de todos los presentes con un abrazo y se retiró con su familia a sus aposentos privados para ordenar sus papeles. A las cuatro de la tarde abandonó el palacio por la salida lateral, en compañía de su esposa y dos de sus hermanos, un teniente coronel y un mayor. (1)
En sus últimos años, Velasco vivió en el ostracismo voluntario. Murió en el Hospital Militar de Lima, el 24 de diciembre de 1977 y su sepelio fue multitudinario. Sus restos yacen en el Cementerio de El Ángel de Lima. En 1980, su tumba fue objeto de un atentado dinamitero por Sendero Luminoso, en una de sus primeras acciones terroristas. (2)
Aliensombra
(1) Dick Kruijt. La Revolución por Decreto. El Peru durante el Gobierno Militar
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Velasco_Alvarado
(3) Entrevista con el general Meza Cuadra, 13 de julio de 1986. (Dick Kruijt)
(4) Entrevista con el general De Rivera Lucero, 17 de julio de 1986. (Dick Kruijt)
(5) Entrevista de María del Pilar Tello (1983, t. I: 273-274) con el general Graham. (Dick Kruijt)
(6) Entrevista con el general Graham, 29 de mayo de 1986. (Dick Kruijt)
(7) El País. Historia Reciente. El Golpe de Estado. Centro de Estudios Jean-François Revel.
Dirección de proyecto Pablo da Silveira