EL FACTOR HUMALA FUERA DE CONTROL

En la menuda política nacional Ollanta Humala Tasso escalo posiciones y en las últimas elecciones generales estuvo a un paso de convertirse en Presidente del Perú, no ocurrió así porque al frente tuvo a Alan García Pérez.

En ese tiempo recibió el apoyo internacional de Hugo Chávez Frías, Presidente de Venezuela, que hizo que perdiera cuantiosos votos. No se ha demostrado que recibiera apoyo económico pero pocos dudan que no haya sido así. La infiltración de Venezuela copando actores políticos en el país y formando una red de organizaciones conocidas como “Casas del ALBA”, ha tenido dimensiones desproporcionadas. Un débil estado peruano ha reaccionado tardíamente y recién se trata de investigar que tan profundo es este accionar de las agencias de inteligencia venezolana. La infiltración ideológica es evidente en varios países de Latinoamérica, como son Bolivia, Brasil, Argentina y Paraguay. De diversos modos, pero principalmente respaldado por el dinero, Hugo Chávez habría conseguido sus objetivos de expansión ideológica.
El mundo está atravesando un momento crucial, con la crisis financiera global, la elección de Barack Obama en EEUU y la renovación de la fé en sí mismos en los EEUU, cambia el escenario mundial radicalmente. No más un Presidente dubitativo y torpe como George Bush, ahora la nación más poderosa tiene al mando a personas en busca del éxito a toda costa, y eso es de temer. Irán, Venezuela y la misma Rusia tendrán que meditar bien sus próximos pasos.

En el Perú Humala está enfrentado a la disyuntiva de “incendiar la pradera” en la próxima cumbre de APEC, o reflexionar y recordar aquellos momentos en que siendo soldado se sintió profundamente peruano. Dejar atrás las conveniencias políticas y personales y convertirse en lo que muchos de sus partidarios e indecisos esperan, una persona que encarne la esperanza, el convencimiento que el Perú tiene un futuro así gane él las elecciones. Sus tímidas declaraciones que no apoyaría la marcha de la CGTP contra la cumbre de APEC no sirven para conseguir ese propósito.

El problema de Moquegua y Tacna, un bastión del Humalismo mostro un Humala con conducta de avestruz. No fue capaz de orientar a las personas a seguir el camino correcto.
Los peruanos son altamente perceptivos y esto le costara probablemente perder su otrora bastión. ¿Qué queda del Sr. Humala electoralmente hablando? Pues, que comience a trabajar, que consolide un grupo de técnicos que puedan darle forma posible a un hipotético futuro gobierno suyo. El Perú ha cambiado mucho, no basta un polo y un jean y un discurso barato para ser Presidente. Aunque muchos no lo crean hasta el poblador menos instruido es ahora más exigente. Los peruanos NO le van a perdonar a Humala en las elecciones si enturbia la cumbre de APEC. Estamos en un momento de la historia tal que al Perú le conviene más un Humala nacionalista pero racional que un Humala pro Chávez, desbocado por la ambición, fuera de control.

Aliensombra