Las declaraciones de Kenya Fujimori respecto a las condiciones en las que asumió el poder son reveladoras. Ha señalado que nadie creía que podía tener algún éxito en su postulación como Presidente de la República. Sólo dos grupos lo apoyaron, los evangélicos y un personaje que lo financió. Fujimori relató además que su lista de candidatos al parlamento estaba incompleta, porque nadie quería apoyarlo ni creía en él. Al punto que tuvo que inscribir al jardinero. En la respuesta que dio a su abogado dijo que efectivamente él acepto la propuesta de Vladimiro Montesinos que recomendaba ciertas personas para el entorno de inteligencia, pero que en el Ministerio de Defensa mantuvo al personal de carrera. Se refería al momento de asumir el poder.
Alejandro Toledo debe haber estado en una orfandad semejante cuando asumió el poder, sobretodo luego de una campaña electoral de dos años de exposición, y con la maquinaria oficialista en contra. Valentín Paniagua ni que se diga, porque él fue el presidente interino o de transición por antonomasia.
Es decir las personas que nos han gobernado los últimos 15 años han tenido un escenario precario, con ausencia de cuadros técnicos. De pronto Toledo tuvo la ventaja de su filiación académica con ESAN, de donde a fin de cuentas son Genaro Matute Mejía, el ahora contralor general, y René Cornejo el otrora viceministro de vivienda y luego Director de Proinversión. La relación político militar en estos gobiernos es interesante y está marcada por la publicación de los vladivideos. Es indiscutible que los militares y el gobierno de Kenya Fujimori llegaron en los hechos a compenetrarse de tal forma que por un lado obtuvieron victorias contra la subversión, y fueron acusados de corrupción y sometidos a juicio. Siendo la acusación por violación de derechos humanos la más grave.
Con el antecedente de un Ejército que realizo décadas atrás un proceso revolucionario que fue en contra de la corriente de los ejércitos de los países vecinos que apoyaban de una u otra forma el status quo, el Ejército del Perú rompió el molde y se enfrento al cambio de esquemas de los grupos de poder. El mismo ejército que durante el primer gobierno de Alan García peleo contra la subversión y se vio implicado en la masacre de los penales.
¿Qué ocurrió entonces al llegar Fujimori? Aparentemente fue absorbido por los militares. En dos de sus vertientes, una propia de la “institución” –llamémosla así- y otra representada por Vladimiro Montesinos. Recordemos que el ejército del Perú en los 60 y 70 tenía el plan Inka y lo fue ejecutando, del mismo modo habría existido otro plan similar en los 80 y 90.
Cabe señalar como anecdotario la rebelión de los Humala, y la candidatura de Ollanta Humala a la Presidencia. ¿Una estrategia de salida? ¿Una alternativa?
Al encontrar una hecatombe económica y caos social por el terrorismo el nuevo gobierno liderado por Kenya Fujimori tuvo que actuar. Una de las acciones que a posteriori podemos apreciar es el corte de las fuentes de financiamiento del narcotráfico a la subversión. El trasvase de estos recursos hacia la corrupción es palpable. Los indicios son los hallazgos de droga en un barco de la marina y en el avión presidencial. Se formo entonces una maquinaria de poder, que sin embargo obtuvo su triunfo más resonante casi fuera de sus filas, a través del GEIN, grupo policial liderado por Ketin Vidal. Que luego se llego a conocer tuvo nexos con Vladimiro Montesinos. Él fue quien lo trae “capturado” desde Venezuela.
¿Cómo es la relación de Alan García con las FFAA? Es algo que ira dejando evidencias con el paso del tiempo. Pero lo que es cierto es que nuestros gobernantes cuando no tienen partidos políticos reales están sometidos a un viento más fuerte que las marionetas. Aún más si el país carece de instituciones que planifiquen el futuro. De allí la necesidad de formarlas y/o reforzarlas.
Aliensombra
Alejandro Toledo debe haber estado en una orfandad semejante cuando asumió el poder, sobretodo luego de una campaña electoral de dos años de exposición, y con la maquinaria oficialista en contra. Valentín Paniagua ni que se diga, porque él fue el presidente interino o de transición por antonomasia.
Es decir las personas que nos han gobernado los últimos 15 años han tenido un escenario precario, con ausencia de cuadros técnicos. De pronto Toledo tuvo la ventaja de su filiación académica con ESAN, de donde a fin de cuentas son Genaro Matute Mejía, el ahora contralor general, y René Cornejo el otrora viceministro de vivienda y luego Director de Proinversión. La relación político militar en estos gobiernos es interesante y está marcada por la publicación de los vladivideos. Es indiscutible que los militares y el gobierno de Kenya Fujimori llegaron en los hechos a compenetrarse de tal forma que por un lado obtuvieron victorias contra la subversión, y fueron acusados de corrupción y sometidos a juicio. Siendo la acusación por violación de derechos humanos la más grave.
Con el antecedente de un Ejército que realizo décadas atrás un proceso revolucionario que fue en contra de la corriente de los ejércitos de los países vecinos que apoyaban de una u otra forma el status quo, el Ejército del Perú rompió el molde y se enfrento al cambio de esquemas de los grupos de poder. El mismo ejército que durante el primer gobierno de Alan García peleo contra la subversión y se vio implicado en la masacre de los penales.
¿Qué ocurrió entonces al llegar Fujimori? Aparentemente fue absorbido por los militares. En dos de sus vertientes, una propia de la “institución” –llamémosla así- y otra representada por Vladimiro Montesinos. Recordemos que el ejército del Perú en los 60 y 70 tenía el plan Inka y lo fue ejecutando, del mismo modo habría existido otro plan similar en los 80 y 90.
Cabe señalar como anecdotario la rebelión de los Humala, y la candidatura de Ollanta Humala a la Presidencia. ¿Una estrategia de salida? ¿Una alternativa?
Al encontrar una hecatombe económica y caos social por el terrorismo el nuevo gobierno liderado por Kenya Fujimori tuvo que actuar. Una de las acciones que a posteriori podemos apreciar es el corte de las fuentes de financiamiento del narcotráfico a la subversión. El trasvase de estos recursos hacia la corrupción es palpable. Los indicios son los hallazgos de droga en un barco de la marina y en el avión presidencial. Se formo entonces una maquinaria de poder, que sin embargo obtuvo su triunfo más resonante casi fuera de sus filas, a través del GEIN, grupo policial liderado por Ketin Vidal. Que luego se llego a conocer tuvo nexos con Vladimiro Montesinos. Él fue quien lo trae “capturado” desde Venezuela.
¿Cómo es la relación de Alan García con las FFAA? Es algo que ira dejando evidencias con el paso del tiempo. Pero lo que es cierto es que nuestros gobernantes cuando no tienen partidos políticos reales están sometidos a un viento más fuerte que las marionetas. Aún más si el país carece de instituciones que planifiquen el futuro. De allí la necesidad de formarlas y/o reforzarlas.
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