Ahora que la globalización es un fenómeno de moda y está realmente transformando las relaciones entre los países cabe regresar a la historia para analizar lo que ya ocurría décadas atrás. Los historiadores están de acuerdo que un momento crucial de la historia de América del Sur ocurrió entre 1864 y 1870, durante la guerra de la Triple Alianza, Argentina Brasil y Uruguay, contra Paraguay. En ese tiempo, debido a las limitaciones geográficas y las vicisitudes políticas, Paraguay se había desarrollado como una autarquía prospera, que contradecía la “apertura” de los países vecinos con Inglaterra.
Mucha polémica ha surgido por esta guerra. Se menciona que el presidente de Paraguay de entonces era un tirano cruel y que llevo a su pueblo irracionalmente al exterminio al enfrentar a la vez a tres naciones. Del otro lado se señala que se trato de un genocidio, y que estando Paraguay dispuesto a defender a Uruguay este ya lo había traicionado pues tenía firmada la triple alianza, lo mismo argentina que se negaba a consentir que las tropas del Paraguay crucen hacia Brasil al cual había declarado la guerra. Al atravesar territorio argentino sin consentimiento el Paraguay tuvo que declarar la guerra a la Argentina.
Las causas de la guerra tiene versiones contradictorias, en una de ellas se menciona que el móvil de la guerra se debió a la necesidad de Inglaterra de tener algodón y que las tierras del Paraguay eran propicias para tal fin, pero que este país no concordaba con la apertura comercial de sus vecinos, y su prosperidad autárquica era un mal ejemplo para la región.
Mucha polémica ha surgido por esta guerra. Se menciona que el presidente de Paraguay de entonces era un tirano cruel y que llevo a su pueblo irracionalmente al exterminio al enfrentar a la vez a tres naciones. Del otro lado se señala que se trato de un genocidio, y que estando Paraguay dispuesto a defender a Uruguay este ya lo había traicionado pues tenía firmada la triple alianza, lo mismo argentina que se negaba a consentir que las tropas del Paraguay crucen hacia Brasil al cual había declarado la guerra. Al atravesar territorio argentino sin consentimiento el Paraguay tuvo que declarar la guerra a la Argentina.
Las causas de la guerra tiene versiones contradictorias, en una de ellas se menciona que el móvil de la guerra se debió a la necesidad de Inglaterra de tener algodón y que las tierras del Paraguay eran propicias para tal fin, pero que este país no concordaba con la apertura comercial de sus vecinos, y su prosperidad autárquica era un mal ejemplo para la región.
“Los paraguayos sufren la herencia de una guerra de exterminio que se incorporó a la historia de América Latina como su capítulo más infame. Se llamó la Guerra de la Triple Alianza. Brasil, Argentina y Uruguay tuvieron a su cargo el genocidio. No dejaron piedra sobre piedra ni habitante varón entre los escombros. Aunque Inglaterra no participó directamente en la horrorosa hazaña, fueron sus mercaderes, sus banqueros y sus industriales quienes resultaron beneficiados con el crimen de Paraguay. La invasión fue financiada, de principio a fin, por el Banco de Londres, la casa Baring Brothers y la banca Rothschild, en empréstitos con, intereses leoninos que hipotecaron la suerte de los países vencedores". “El agente norteamericano Hopkins informaba en 1845 a su gobierno que en Paraguay «no hay niño que no sepa leer y escribir...» Era también el único país que no vivía con la mirada clavada al otro lado del mar”. (1)
Sin embargo, esta postura es refutada por quienes indican que los "revisionistas tratan de reescribir la historia, y que realmente las relaciones del Paraguay con Inglaterra eran óptimas.
« La tesis revisionista afirma que Gran Bretaña financió a la Triple Alianza porque la independencia paraguaya frenaba sus intereses económicos. Sin embargo, en los años previos a la guerra, las relaciones entre ambos países pueden calificarse de excelentes: Gran Bretaña no sólo era el principal proveedor de armas y de personal técnico de Paraguay, sino que “para mitad de la década del cincuenta [del siglo XIX] se estima que Gran Bretaña aportaba un 75 por ciento de las importaciones paraguayas [...] el interés oficial y privado británico residió, en un primer momento, no en propulsar el conflicto bélico, sino en evitarlo [...] la prensa británica [...] adopta una posición [...] generalmente en defensa de la posición paraguaya”. (2)
Veamos los resultados de esta guerra y eso nos aclarara el panorama. Paraguay era un estado prospero, con las limitaciones propias de la época, incluso se le denomino el país más prometedor y fructífero de América Latina. Algunas fuentes señalan que en enero de 1863 “la milicia efectiva de las villas y partidos de todo el territorio de la República... era de: 13340 soldados en actividad. El resto se podría considerar como potencial milicia o reserva formado por 59,993 personas entre retirados y civiles. Después de los cinco años de guerra, la población total se redujo a: 6,000 (seis mil) hombres y unas 220,000 mujeres y niños. Luego del genocidio, no hay otra forma de llamarlo, en Paraguay se sucedieron más de cuarenta presidentes en un período de 80 años (1870 y 1954). En los inicios del nuevo siglo, ya con 635,000 habitantes, enfrentara otra guerra devastadora, esta vez con Bolivia. La guerra de la Triple Alianza cobró la vida de al menos 166,000 paraguayos, 50,000 brasileños, 18,000 argentinos y 3,100 uruguayos —según los estudios más actuales— enfrentó al Paraguay de Francisco Solano López contra la Argentina de Bartolomé Mitre, el Brasil del emperador Pedro II y el Uruguay de Venancio Flores.
En años recientes, no podemos dejar de considerar algunos gestos del Presidente de Brasil Lula Da Silva en el 2004 y de Cristina Fernández Presidente de Argentina el año pasado. El primero indicando que jamás se develara el secreto de los documentos de la Cancillería de Brasil sobre la Guerra de la Triple Alianza, pues es “dinamita pura”. Es presumible que existan pruebas de fraude en el trazo de las fronteras. La segunda sorprendió a muchos en su país cuando hizo un elogio público al Mariscal Francisco Solano López; presidente del Paraguay durante la guerra y que peleó en la misma hasta morir, junto con la casi totalidad de la población paraguaya; incluyendo el nombramiento de una unidad militar con el nombre del líder paraguayo.
Sobre Solano López cabría puntualizar que hay más valor en aquel gobernante que busca la paz con el enemigo, que uno reconoce superior militarmente, que aquel que se aventura a la batalla sin medir las consecuencias, sobre todo cuando existen otros enemigos al acecho.
No cabe duda que la guerra termino en un genocidio, a tal punto que viendo la bravura del pueblo paraguayo –que lucho hasta la casi extinción- el Presidente de Argentina Domingo Faustino Sarmiento, dice esta frase canalla: “A los paraguayos hay que matarlos en el vientre de sus madres”. No olvidemos esta lección de la historia, los países tienen intereses y al final hacen la guerra por defender sus posiciones. La guerra es igual de vieja que la historia, globalización si pero velando por lo nuestro.
En años recientes, no podemos dejar de considerar algunos gestos del Presidente de Brasil Lula Da Silva en el 2004 y de Cristina Fernández Presidente de Argentina el año pasado. El primero indicando que jamás se develara el secreto de los documentos de la Cancillería de Brasil sobre la Guerra de la Triple Alianza, pues es “dinamita pura”. Es presumible que existan pruebas de fraude en el trazo de las fronteras. La segunda sorprendió a muchos en su país cuando hizo un elogio público al Mariscal Francisco Solano López; presidente del Paraguay durante la guerra y que peleó en la misma hasta morir, junto con la casi totalidad de la población paraguaya; incluyendo el nombramiento de una unidad militar con el nombre del líder paraguayo.
Sobre Solano López cabría puntualizar que hay más valor en aquel gobernante que busca la paz con el enemigo, que uno reconoce superior militarmente, que aquel que se aventura a la batalla sin medir las consecuencias, sobre todo cuando existen otros enemigos al acecho.
No cabe duda que la guerra termino en un genocidio, a tal punto que viendo la bravura del pueblo paraguayo –que lucho hasta la casi extinción- el Presidente de Argentina Domingo Faustino Sarmiento, dice esta frase canalla: “A los paraguayos hay que matarlos en el vientre de sus madres”. No olvidemos esta lección de la historia, los países tienen intereses y al final hacen la guerra por defender sus posiciones. La guerra es igual de vieja que la historia, globalización si pero velando por lo nuestro.
Aliensombra
(1) http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2005/2005prim/noticias/triple-alianza-020305.asp
(2) http://nuevomundo.revues.org/document1623.html
Otros :
http://www.abc.com.py/paraguay/g_triple.htm
http://argentina.indymedia.org/news/2007/12/571424.php
http://encontrarte.aporrea.org/media/12/impunidadHistorica.pdf
(2) http://nuevomundo.revues.org/document1623.html
Otros :
http://www.abc.com.py/paraguay/g_triple.htm
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