Pocas veces he sido testigo de un actuar publico tan ponderado de un magistrado. A pesar que el Presidente de la República lo fustigo por no ordenar "de una buena vez" el desalojo, y por "retroceder" en la orden previamente dada, mantuvo la calma e hizo lo correcto. Los "resultados satisfactorios" como ahora dice Alan Garcia se deben a un Señor Juez, quien detallo las acciones a tomar, salvaguardando la integridad de los invasores y de la propia Policia Nacional, y más importante dejando en claro que existen derechos que no se pueden violar con impunidad: El derecho de propiedad.
El Juez actuo con ponderación, llamando a la razón a los invasores en reiteradas oportunidades, asumio la responsabilidad de ordenar el desalojo en el momento adecuado. Cuando tuvo que suspenderlo, dias antes, no dudo y lo suspendio, a pesar de las criticas que sabia eso acarrearia. Miles de policias fueron retirados en esa oportunidad, debido a que estudiantes universitarios y otros trabajadores y curiosos prestaba apoyo solidario a los invasores desde fuera del Mercado de Santa Anita. Muy bien por todos los peruanos, que la racionalidad de la justicia se imponga al arranque desmedido de alguno de sus dirigentes. Respeto al fuero, a la autonomia de los poderes del Estado.
El Presidente debe agradecerle al Juez no tener un nuevo problema de muertos rondando su gestión. En las declaraciones dadas a los medios de comunicación el Presidente se quejo de la poca participación del Alcalde de Lima, y aún ahora trata de que se involucre y resuelva los problemas sociales de los invasores. El Alcalde astutamente hace el muertito y seguro prepara algo para paliar la situación de algunas personas realmente necesitadas, como se pudo ver en TV, un invidente con otro familiar discapacitado sin aparente alojamiento.
Todo salio bien, y si hubiera sido distinto el resultado, cruento digamos, el criterio de conciencia del Sr. Juez aplicado a cabalidad le hubiera permitido afrontar cualquier proceso con la frente en alto, conociendo que hizo lo que debia en cada momento.
Todo salio bien, y si hubiera sido distinto el resultado, cruento digamos, el criterio de conciencia del Sr. Juez aplicado a cabalidad le hubiera permitido afrontar cualquier proceso con la frente en alto, conociendo que hizo lo que debia en cada momento.
Aliensombra
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