Los líderes del APRA sienten que están complotando contra ellos. Tienen razones para pensar así. Ellos han actuado de modo tradicional, el proyecto Chinecas fue entregado a un Municipio y no a la Región. Ahora buscan hacer cargamontón contra el Presidente regional de Ancash, quieren acusarlo por los disturbios ocurridos en Chimbote, y de guardar el dinero en cuentas de ahorro que genera intereses y no rendir cuentas del destino de este dinero. El otro frente contra el que el APRA arremete es en Trujillo. Habida cuenta que Alan lloro por la derrota de Trujillo, la cuna de Haya de La Torre, ahora hostigan a Cesar Acuña. Los frentes más claros son el SUTEP y los cocaleros, aquí el APRA ha tomado la iniciativa. Empezó desarticulando al sindicato de maestros cortándole los ingresos y debilitando sus bases. Además lo hizo retroceder con la evaluación de la calidad de los docentes. El ataque frontal a los cocaleros es parte de la estrategia del gobierno para tentar la aprobación del TLC con los EEUU. Circunstancia que abrió camino al viaje del Presidente Alan García a EEUU.Entonces con todos estos antecedentes es natural que sientan que deben ser agredidos por varios frentes, y de hecho es así. El cálculo aprista no había previsto una huelga de los mineros, por eso el ministro de Energía y Minas está utilizando la escopeta de los dos cañones, exhorta a los empresarios mineros a cumplir con sus trabajadores.
El APRA debe entender que no se puede luchar con varios frentes a la vez, así debería de forma inteligente ceder lo que es de la Región a la Región, sin renunciar a fiscalizar manejos indebidos en las regiones a través de los organismos de control pertinentes. En Trujillo deben retroceder porque están dando un espectáculo deplorable, que lo único que consigue es restarle votos para las futuras elecciones. Debe dar un claro mensaje sobre el futuro tanto al SUTEP como a los cocaleros, decir por ejemplo que los padres de familia tendrán la capacidad de excluir un profesor de la enseñanza en una escuela, y que el maestro que no rinda lo esperado luego de 3 años de reentrenamiento será cesado. A los cocaleros decirles con claridad que en 10 años no habrá un centímetro cuadrado de coca sembrada en el país, con metas claras de fechas y lugares geográficos de erradicación. Así que señor Del Castillo despierte de su marasmo y realice lo difícil que para eso el estado le paga su sueldo, súdela.
Aliensombra
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