Minoru Yanagida Ministro de Justicia renuncio por tener un discurso equivocado. En pocas palabras dijo “Mi trabajo es fácil”, indicando algo así como que un Ministro de Justicia necesitaba decir solo dos frases para realizar su trabajo. Lo que lapido al ministro fue que se refirió a sus dos frases en relación a que le eran suficientes para responder al parlamento nipón: “No hago comentarios sobre casos concretos” y “estamos tratando el asunto apropiadamente y a tenor de la ley y las pruebas”.
Tuvo que renunciar por decir la verdad. En los países desarrollados la administración pública es eficiente y los ministros están para realizar las negociaciones presupuestales, coordinaciones interministeriales o cambios en la política del sector. En realidad los ministros tienen a su disposición un aparato burocrático que realiza el trabajo duro, pero señalar que sólo tiene que decir dos frases ya es un exceso.
En el Perú el Ministro Fernando Barrios acaba de renunciar por cobrar una indemnización por despido arbitrario, siendo su cargo en la Presidencia Ejecutiva de EsSalud un cargo de confianza, y dejando este para asumir la cartera ministerial del Ministerio del Interior, otro cargo de confianza.
Es decir en nuestro país el ministro no renuncia por palabras sueltas sino por hechos concretos, por un “chequeman” como se dice en las calles.En la mañana veía en la TV la noticia de la caída de Minoru Yanagida y la verdad que me causo risa, en la tarde ya me pareció lamentable la renuncia del Ministro del Interior por un hecho tan absurdo que compromete su honorabilidad.